La contemplación de las supercuerdas pueda desembocar en una actividad tan alejada de la convencional física de partículas como la física está alejada de la química, y acabe estudiándose en las facultades de teología por futuros equivalentes a teólogos.

Sheldon Lee Glashow (Físico estadounidense, ganador del Nobel de física cunto con Steven Weinberg y Abdus Salam por el desarrollo de la teoría electrodébil) y Paul Ginsparg (Doctor en física).

(Citado por John Horgan en "El fin de la Ciencia", página 91. Original en «Desperately Seeking Superstrings», Physics Today, mayo de 1987, página 7).

Contexto de la cita:

En otras ocasiones Glashow no ha mostrado la misma confianza ni el mismo optimismo. Hubo un tiempo en que figuró a la cabeza en la búsqueda de una teoría unificada. En los setenta propuso varias teorías de este tipo, aunque ninguna tan ambiciosa como la teoría de la supercuerda. Pero con el advenimiento de las supercuerdas Glashow perdió la ilusión de seguir buscando la unificación. Los que trabajaban con las supercuerdas y otras teorías unificadas no estaban ya practicando física propiamente tal, señaló Glashow, porque sus especulaciones iban mucho más allá de cualquier posible comprobación empírica.

Glashow y un colega suyo se quejaron, en un ensayo, de que «la contemplación de las supercuerdas pueda desembocar en una actividad tan alejada de la convencional física de partículas como la física está alejada de la química, y acabe estudiándose en las facultades de teología por futuros equivalentes a los teólogos medievales».  Luego añadían que «por primera vez desde los siglos oscuros podemos ver cómo nuestra noble búsqueda puede llegar a su fin, ahora que la fe vuelve a sustituir a la ciencia de nuevo». Cuando la física de partículas supere el ámbito de lo empírico, parecía estar sugiriendo Glashow, podría acabar sucumbiendo al escepticismo y al relativismo.

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