Mercados religiosos frente a mercados "científicos" (Zuckerman 1)

Se suelen comparar los movimientos religiosos a los productos de un supermercado: variedad y diversidad para escoger según gustos, intereses, niveles sociales,... Esto, claro, en los países donde hay libertad religiosa; porque hay otros donde la comparación más adecuada sería la de un almacén de racionamiento, donde la elección es impensable: o recoges lo correspondiente a tu cartilla, o te vas de vacío.

Se entiende que en un fenómeno considerado “tan subjetivo” como el religioso se de tanta diversidad. Cosa diferente se espera de algo más “objetivo” e “impersonal”, como la ciencia. Fíjate que enfatizo “se espera” porque en la mayoría de casos más bien se trata de un anhelo frustrado que no de una realidad. 

Es cierto que hay ámbitos de la ciencia que sí podemos calificar como objetivos e impersonale. Son los que se suelen conocer como los de las ciencias “puras"  o “duras”. Incluso lo restringiría aún más, al de las “ciencias exactas”. Pero para llegar hasta ellas hay que recorrer un amplio abanico de especialidades para el que a veces  es difícil establecer el límite entre pseudociencia y ciencia "como Dios manda". Es preciso reconocer que con el afán de prestigiarse, infinidad de actividades se autoproclaman como científicas, pero que en realidad quedan muy lejos de los criterios que tradicionalmente se han asociado a las ciencia: básicamente ...

• ... objetividad, en el sentido de que se atenga sólo a hechos comprobables, y ...
• ... verificabilidad, en el sentido de que las conclusiones recopiladas puedan ser reiteradamente comprobadas recurriendo a la repetición de los hechos observables que fundamentan las conclusiones.

Dejando al margen pseudociencias de las cuales tendréis bastantes en la mente, encontramos gran variedad de actividades reconocidas como científicas (dietética, psicología, economía, sociología, ...) que difícilmente responden a los sencillos criterios que he mencionado arriba. Por ejemplo, la dietética: ¿cuantas teorías, mucha de ellas contradictorias, has oído respecto al mejor método para adelgazar? Ya me dirás cómo se las “apañan” los dietistas para realizar ensayos repetitivos que corroboren sus hipótesis. Lo bueno de esta disciplina es que cada “teórico” encuentra “suficientes experiencias” como para sustentar sus hipótesis. ¡Cómo no! También los fotógrafos profesionales presentan álbumes de bodas con enamorados increíblemente apuestos. Por fortuna no van divulgando los esfuerzos que tuvieron que hacer para conseguir que los novios posaran de la manera adecuada ni la cantidad de “disparos” que desecharon antes de conseguir el album “guai”. Lo mismo podríamos decir de la economía, que con cada nueva crisis incrementa un poco más su ya amplia “colección de teorías”. O de la psicología, donde cada escuela considera al ser humano como una “cosa” diferente.

Así, pues, si se asume que hay “supermercados religiosos” donde elegir producto al gusto, también hay que aceptar la realidad de que gran parte de la "ciencia" que se divulga responde una variada oferta que, además, no le faltan intereses velados (Lee aquí al respecto). 

Y esto es lo que he encontrado hace pocos días: dos teorías totalmente opuestas entre las que poder elegir. Tratan sobre la relación entre la religiosidad y las características y capacidades mentales.

Ahora no voy a entrar en ellas, pues creo que merecen comentarlas en un post; pero al menos os dejo como aperitivo el título y un pequeño extracto de cada una de ellas:

Como veis, "productos" bastante dispares. Por ahora, quedáos con el que más os guste. Ya retomaremos la temática con más detalle.