La magia del 3-1-6

Sea casualidad, milagro o un difícil propósito felizmente culminado, lo cierto es que Tim Tebow consiguió hace dos domingos atraer la atención de multitudes hacia la Biblia. En concreto hacia el versículo Juan 3:16

Sucedió en el partido de ese domingo: Tim durante el agónico pero victorioso partido para su equipo, los Broncos de Denver,  lanzó para 316 yardas, consiguiendo además una media de yardas por cada pase completo de 31.6.

316,  31.6 y ... 3:16, si, 3:16 de Juan 3:16, versículo que ya popularizara hace hace años cuando se pintaba la referencia en la cara. Actualmente Tim no puede promocionar la Biblia mediante ese método, pues a raíz de la popularidad que alcanzó con sus textos pintados en la cara, la Asociación Nacional Atlética Colegial prohibió a los jugadores mostrar mensajes en lo que se llamó “la regla Tebow”. Igual sucede con La Liga Nacional de Futbol, que tampoco lo permite.

Pero bueno, al margen de prohibiciones, Tim no deja de promocionar su Fe como puede, ... y "quizás más". Y esto que consiguió hace dos domingos redundó en tanto o aún más publicidad que sus antiguas pintadas en la cara  (en la final del campeonato universitario de 2009  que jugó con el texto "Juan 3:16", 92 millones de personas acudieron a la red para buscar el versículo). Y es que cuando la convicción es firme, y está "basada en la Piedra" (Hechos 4:11), los resultados pueden llegar a ser expectaculare, como el caso de Tim.

Por cierto, Tim nació en Filipinas, hijo de misioneros cristianos. Nació contra el consejo de los médicos, que sugirieron abortar a su madre para evitar complicaciones y por posibles daños irreversibles del feto. Está claro que Pamela Elaine, su madre rechazó el aborto, sino, difícilmente estaría ahora su hijo logrando renombradas victorias y promocionado este texto:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)